CALIDAD DEL AIRE, ¿GARANTIZADA CON FILTRACIÓN?
Siempre que vemos un sistema de filtración, cualquiera que sea, pensamos que la calidad del aire mejora como parece lógico pensar pero esto no quiere decir que la calidad del aire esté garantizada, ¿o sí?
En toda Europa se está imponiendo el estándar Passivhaus, de enorme prestigio, que con frecuencia utiliza recuperadores de calor de alta eficiencia con filtros varios, desde G4 o F5, hasta F9 si bien en España se suelen instalar filtros F7, ya de alta calidad y eficiencia. Por otro lado, también se suele emplear la ventilación natural para no gastar energéticamente y generar salubridad, es decir, medidas pasivas para favorecer la ventilación natural.
Les lanzamos una pregunta, con la ventilación natural, ¿qué pasa con los alérgicos o asmáticos?. Ante esto está claro que la ventilación natural puede hacer mella en personas mas sensibles si bien la floración (el polen) es solo temporal en España. Los recuperadores de calor con filtros F7 son bastante eficaces ante este tipo de “contaminante” y garantizan en mayor medida la calidad del aire interior.
Parece que el sistema con recuperación de calor y filtración es un sistema apropiado para garantizar nuestra calidad del aire interior, a corto plazo está claro que sí pero, ¿qué ocurre a medio y largo plazo?
Emplear filtros mejorará la calidad del aire interior, sin embargo, los filtros no son eficaces para cualquier tipo de contaminante. Hay que pensar que el Passivhaus nació entre Alemania y Suecia, emplea este tipo de filtración pero el que se emplee la misma en una zona concreta del mundo no significa que ese mismo sistema de filtración sea válido para otras regiones. El porqué, sencillamente porque el aire exterior puede disponer de diferentes contaminantes en diferentes regiones del mundo.
Les lanzamos una pregunta, ¿cuál creen que es uno de los principales contaminantes que afecta a la Península Ibérica? Puede haber varias respuestas, que las habrá y que les pedimos expongan directamente en el blog, sin embargo, estamos casi seguros que el contaminante que tenemos en mente y que alguno de ustedes nombraría, no se tiene en cuenta, no en la proporción que existe aquí y que difiere enormemente con Alemania.
También debemos aclarar y recodar que el que exista un contaminante en menor proporción que otro no implica necesariamente que sea menos nocivo o peligroso, es su valor límite el que se debe controlar. Si un contaminante en menores concentraciones es mas dañino que otro, el que exista en menor proporción que ese otro que indicamos no implica que se deba ignorar, al contrario, puede hacer mucho mas daño que el de mayor abundancia
Si esto es así, ¿por qué no se aplica este mismo criterio con los sistemas de filtración incluyendo los sistemas de filtración empleados por Passivhaus?
En el libro que se está elaborando encontrarán la base del porqué indicamos estas cosas y Air-Lab solo pretende demostrar que la mejor forma de filtrar el aire es siempre empleando los medios que la propia naturaleza ha puesto, las plantas. Air-Lab será un reto, muchas de las preguntas y comentarios que hemos hecho se encuentran en el libro si bien Air-Lab será un experimento para ver, en pequeño, los beneficios que podemos obtener siendo mas respetuosos con nuestro entorno. No olvidemos que nosotros y hasta las ciudades se encuentran dentro de eso que se llama Planeta Tierra. Olvidamos que pertenecemos a la Tierra y que vivimos dentro de ella, NO es al revés. Someterla a la presión que la estamos sometiendo está llevando a cambiar nuestro clima, calor en exceso en Mayo, fuertes granizadas, la destrucción de cultivos y bienes.
La naturaleza busca su camino, debemos aprender a respetarla y sobretodo, debemos entender que formamos parte de la misma. Destruir la Tierra es destruir nuestra casa. La temperatura, la calima, las fuertes lluvias o los fuertes granizos, no nos equivoquemos, o cambiamos nuestra forma de actuar o será la propia naturaleza la que nos pondrá en nuestro sitio.
Esta es la principal función del libro, concienciar y hacerles pensar de otra manera. Recuerden lo que les decimos, “otro mundo es posible”.
David Arturo Rodríguez González
24 enero, 2019 at 11:50 amPara atraer mi inspiración sobre el tema de la respiración, y en lo posible, atraer vuestra inspiración sobre el asunto central de la calidad del aire, haré unos comentarios sin rigor técnico en torno a los cuáles se puede desplegar debates técnicos con miras a las aplicaciones:
Reza el dicho «Agua que no has de beber, déjala correr»… Algo parecido diría yo del aire, pero ¿a qué ritmo conviene que fluya en cada circunstancia?
He percibido, caído en la cuenta, que deben ser comprendidos los ritmos de distribución espacial de los fluidos participantes en los ciclos biogeoquímicos: ¿Cuándo y dónde es conveniente la aceleración, la concentración, el «confinamiento», la recirculación?.
Todo acto arquitectónico comporta una intervención de mayor o menor severidad en los ciclos biogeoquímicos (ciclos de distribución y transformación de la materia y la energía en el conjunto de la biosfera).
Mi salud y el confort habitacional de mi casa mejoraron cuando «arranqué» los climatizadores por aire forzado. instalados por el anterior propietario. Los 14,5 grados centígrados sin climatizador, a los que está con mucha frecuencia está el interior de mi casa de febrero a mayo, me sientan incomparablemente mejor que aquellos 22 grados centígrados logrados mediante el climatizador de aire forzado.
El interés por la arquitectura puede (y debe) extenderse naturalmente al interés por aspectos de detalle del estilo de vida: «Le pondremos a su casa unos paramentos de minerales naturales, térmica, acústica e higrométricamente óptimos, bicoconfortables, pero le ruego que considere dejar de usar esos perfumes y ambientadores aromáticos que le impiden monitorizar, sentir, reconocer, saber… la calidad del aire que respira. Sustituya también la gama de productos de limpieza que usa». La mismas tendencias culturales nos pueden alejar del conocimiento de la calidad aire.
Cuando construyes tu casa, modulas la mía. Pensemos en la frontogénesis: modificación de las características de una masa de aire como consecuencia de paso e interacción con una superficie o cuerpo de características determinadas. Así, tenemos calidades del aire buscadas en el interior de las viviendas y calidades del aire inducidas por esas viviendas en su exterior.
El tema de la calidad del aire, afrontado completamente, no escapa al debate filosófico sobre los umbrales que median entre la mismidad (lo que considero «mío») y la otredad (lo que considero ajeno). El aire permea entre esos umbrales con facilidad y diluye la dualidad entre interior y exterior, sosteniendo un todo continuo.
La calidad del aire, puede (e idealmente debe) ser gestionada comunitariamente. Esto evita que quienes buscan activamente elevar la calidad del aire en lo privado, pero se encuentran en un entorno social donde las mayorías permanecen indiferentes o pasivas al respecto, se vean abocados a incurrir en la bunkerización que a la postre contravendrá los principios naturales de redistribución de la materia y la energía de los ciclos biogeoquímicos.
Respirar es posiblemente, por continua e improrrogable, la forma más importante de comer. El aire es un alimento que consumimos dormidos y despiertos y con respecto al que no es posible practicar ayunos. Incompleta e inmadura es la preocupación por la calidad de los alimentos que no incluye la atención a la calidad del aire y su diversidad variable de ingredientes.
Una casa en la que las personas respiran bien debido a que la misma casa respira bien, es perfectamente posible, no obstante, la tendencia de conjunto, la arquitectura de masas, no parece aspirar a primar la respiración. Todavía se le da mucho valor a las «vistas». En lo que a mi respecta, mi experiencia de cada pueblo, cada, ciudad, cada casa, está altamente determinada por cómo huelen y cómo huelen sus entornos.
La innovación puede requerir introducir conceptos aplicables. Hasta ahora hablamos de «aireación», «ventilación»… pero podríamos usar «escalas de respirabilidad», «escalas de pneumoconfort»…. para cuyo desarrollo habrá que objetivar la sensaciones subjetivas, impresiones, que experimentamos cuando, por ejemplo dentro de un baño interior sin ventanas, desmontamos un falso techo, sobre el cual ha permanecido confinada una masa de aire durante décadas, o lo que experimentamos cuando una soleada mañana de agosto acompañamos a los más peques a jugar al parque infantil, tapizado de neumáticos reciclados, o al campo de fútbol, alfombrado con césped artificial… Los materiales que «en frío» nos parecieron un avance ambiental, «en caliente» muestran otra faceta, otro aroma, que nos podría llevar a rechazar su uso. Corred, respirad ampliamente, sobre esas superficies plásticas, recalentadas a pleno sol y luego asignadles una nota honesta en la «escala de respirabilidad». Eso sí, tened en cuenta que mientras mayor sea la potencia del perfume con el que nos disfracemos o del desodorante con el que camuflemos nuestro olor corporal, menos aptos seremos para evaluar, a través del olfato y la respiración, lo que está pasando a vuestro alrededor y dentro nuestra.
Entrando en los aspectos más técnicos de la filtración del aire, atrae mi atención el ciclo de vida de los filtros a emplear. Quizá un buen tandem funcional sea el constituido por un filtro de aire cuya estructura y composición permita, en el último tramo de su vida útil, convertirlo directamente en sustrato para el crecimiento vegetal y procesos de fitoenmienda.