El mantenimiento de las cubiertas verdes está ligado al tipo de vegetación utilizado y a la correcta evacuación de las aguas sobrantes. El tipo de vegetación condiciona el tipo de trabajo y la frecuencia con que debe realizarse. La correcta elección y distribución de las especies vegetales que se implanten en las cubiertas reduce drásticamente las necesidades de mantenimiento a la vez que asegura su sostenibilidad.
· Cubiertas extensivas con Sedums y vivaces: requieren un menor mantenimiento. Una vez la vegetación cubre entre el 60–70% de la superficie, (momento en que se da por concluida la implantación), los trabajos de mantenimiento se limitarán a 3 o 4 visitas anuales, en las que se controlará, por una parte, la aparición de plantas adventicias, las necesidades de riego y el crecimiento de la vegetación en zonas no deseadas; por otro lado, se realizará un control riguroso del estado de limpieza de los canales de desagüe, sumideros, gárgolas, etc.
· Cubiertas extensivas con herbáceas, herbáceas y Sedums, o herbáceas, Sedums y aromáticas: requieren los mismos cuidados que las cubiertas con Sedums y vivaces , con el añadido de que puede ser necesaria una siega anual.
· Cubiertas semi-extensivas: requieren mayor mantenimiento que las extensivas, y éste dependerá de las especies vegetales utilizadas. Puede precisar visitas bimensuales para atender las necesidades de la vegetación. En estas cubiertas, además de las tareas mencionadas para las cubiertas extensivas, hay que incluir la podas y recortes de la vegetación, el abonado y un control exhaustivo de las necesidades de riego, de los sumideros y de las canales de desagüe.
· Cubiertas intensivas: es el mismo que el de cualquier jardín . Dependerá básicamente del proyecto paisajístico, teniendo que cuidar especialmente las necesidades de riego y la revisión periódica de los sumideros. En este tipo de cubiertas, la vegetación utilizada tiene una actividad radicular más potente y podría comprometer la correcta evacuación de las aguas sobrantes.