La isla de Gran Canaria es conocida como un ‘continente en miniatura’ precisamente porque goza de los diferentes climas más característicos de cualquier continente: el de costa, el de medianías, y el de montaña (cumbre).
La topografía de la isla, con forma piramidal, pasando de los 0m a los 1949m de altitud en un recorrido de 20kms, condiciona los diferentes factores climáticos a los que se ve afectada. Su cercanía al continente Africano (a 210Km) así como su ubicación en medio del Océano Atlántico, ante la presencia de los vientos alisios, determinan su realidad.
La isla tiene una población de 850.000habitantes aprox, y cerca de la mitad de los habitantes se localizan en la capital, Las Palmas de Gran Canaria, con una población de casi 400.000 habitantes. Es la ciudad más poblada de las Islas
Canarias. Y la novena más poblada de España (por detrás de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao, Asturias y Zaragoza).
En la ciudad costera de Las Palmas de GC nos encontramos con los patrones habituales comunes en las grandes urbes: alta densidad constructiva (1.305,5 habitantes por km2) ausencia de masa natural verde, excesiva presencia de coches (problemas típicos de retenciones, en la isla existen 8 coches por cada 10 habitantes), contaminación ambiental producida no sólo por el exceso de tráfico rodado, sino por el fenómeno de la calima que trae polvo en suspensión cargado de partículas atmosféricas nocivas para la salud, contaminación acústica (la ciudad se ve envuelta por una autovía de tráfico intenso que la separa de la costa, y por una serie de vías rápidas, que superan el foco de 75dB durante el día), problemas en la gestión de residuos (por el carácter insular de la ciudad), etc…
Los resultados obtenidos del análisis del comportamiento térmico de nuestra zona de estudio indican que las temperaturas medias del periodo analizado manifiestan la existencia de dos focos cálidos en la Ciudad Baja de Las Palmas de Gran Canaria. Uno se localiza en los alrededores de los barrios del Puerto y Santa Catalina, en el norte de la ciudad, y el otro en el de Arenales, zona centro-sur. Asimismo, existen dos zonas de frescor, situadas a ambos extremos del área de estudio. Una abarca el barrio de Guanarteme en el noroeste y la otra circunscrita a la zona litoral del barrio de Triana, en el sur de la ciudad.
Fuente: “Datos y/o imágenes del sistema CALIOPE, operado por el Barcelona Supercomputing Center (http://www.bsc.es/caliope/)”
Gráfico que muestra los valores de contaminación acústica en la zona en la que se ubica el proyecto.
El color rojo muestra un nivel acústico elevado de entre 70 y 75dB y el violeta >75dB
Fuente: http://www.eduambiental.org/maparuido/html/14/mapaindex.htm
La calima es el término local con el que en las Islas Canarias se describe la presencia de polvo en suspensión que llega procedente del continente africano (principalmente de los desiertos del Sahara y Sahel). Cuando hay calima el aire toma un aspecto denso reduciéndose la visibilidad. En los episodios más fuertes el aire se vuelve de un color rojizo. La calima también es conocida como Siroco, aunque este término se refiere más al tipo de viento.
La cantidad de polvo atmosférico suspendido es un proceso relacionado con el clima. La creciente desertización de los territorios, bien por el cambio de uso de los suelos, bien por la mayor incidencia de la sequía, está provocando el aumento del polvo en la atmósfera.
El incremento de las concentraciones de partículas en la atmósfera puede, a su vez, modificar el clima. Los dos aspectos se retroalimentan, el polvo afecta al clima y el clima determina la cantidad de polvo en la atmósfera.